Da igual, no prendas.
No se puede
pensar, no se puede sentir,
no se puede entender.
Entender el pasado, entender el presente,
y el futuro… ese no
existe.
Escudriñar en hartos fosos de absurdo.
Ni siquiera escribir, escupir, vomitar.
Cansados,
perseguidos y juzgados.
Se estremecen, se agolpan, se amontonan,
se empujan y
se ahogan.
No hay remedio, no hay
sentido,
no hay cordura ni locura.
No
hay vacío, no hay vacante,
no hay
encanto.
No hay grieta en el silencio,
en el sigilo, en el reposo y en el
hastío.
No hay chubascos de esperanza,
ni hay esquinas de reunión.
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