Cada noche acaba un poco más
rota, cada día despierta un poco más vacío. Acaricio mi cuerpo intentando sanar
las heridas de la soledad. Viendo que la vida está ahí, está aquí, y está para
vivirla. La vida no hay que buscarla, porque la vida está mientras estemos
vivos. Y está llena de todo, tiene todo, todo lo que no sabemos ver, todo lo que
dejamos pasar en espera de que llegue. No tenemos que encontrarnos, porque
estamos aquí, no estamos perdidos. Somos esto, lo que nos sucede a cada instante,
el dilema es la no aceptación de lo que somos ni lo que vivimos. Se dibujan palabras
preciosas que no se ponen en práctica. Observamos las redondeces de nuestras
sombras, miramos continuamente hacia adentro sin darnos cuenta que ahí afuera
hay más. Gente que nos quiere, gente que también necesita, gente con sus
propias heridas que somos incapaces de ver, y aún menos ayudar, porque estamos demasiado ocupados mirando nuestro
centro. Centro que se vuelve egocéntrico cuando no somos capaces de ver más allá de
nuestras propias fronteras. La vida es corta y el alma es amplia, aunque
rumiemos la contra.
Chubascos
Author: Beatriz Sy /
Da igual, no prendas.
No se puede
pensar, no se puede sentir,
no se puede entender.
Entender el pasado, entender el presente,
y el futuro… ese no
existe.
Escudriñar en hartos fosos de absurdo.
Ni siquiera escribir, escupir, vomitar.
Cansados,
perseguidos y juzgados.
Se estremecen, se agolpan, se amontonan,
se empujan y
se ahogan.
No hay remedio, no hay
sentido,
no hay cordura ni locura.
No
hay vacío, no hay vacante,
no hay
encanto.
No hay grieta en el silencio,
en el sigilo, en el reposo y en el
hastío.
No hay chubascos de esperanza,
ni hay esquinas de reunión.
Al despertar
Author: Beatriz Sy /
Los sueños, los sueños se
encargan de avisarnos. Por más que no los recuerdes, siempre aparecen en el
momento oportuno, y por eso se vuelven doblemente extraños. De no recordar, se
muestran nítidos e inquietantes. Te guían a averiguar de dónde vienen, y que
quieren de ti. Corres a investigar su significado antes de que desaparezcan de
tú mente, porque si esperas unos minutos, suelen desvanecerse como la bruma, y es
ahí cuando lo vas entendiendo todo.
Curioso, raro, y a la vez grandioso como
van encajando las piezas de esa locura de imágenes y voces. Te preguntas de
donde salen, si vienen de tú interior, si tú mente intenta decirte algo, o existe
algo más profundo en todo esto. La verdad es que te dejan un sabor agridulce. Será
por eso que no recuerdo nunca los
sueños. Lo único que sé, es que algo se me ha quedado grabado de este.
Un beso
Author: Beatriz Sy /
Los besos en ocasiones se
convierten en recuerdos que ayudan a sobrevivir. Te salvan de la rutina y el tedio.
Evocan, sin saber como, jardines para dos,
cantos de pájaros, fragancias pasadas
que te rodean de una brisa cálida. Los besos son un antes y un después en
cualquier historia, sellan un inicio o marcan una despedida. Suelen ser el
punto de partida de un recorrido de ilusiones. Te toman de la mano y te
acompañan todo el camino. Hay besos y besos, pero… ¿Quién no recuerda un beso?
El beso te salva y te pierde, te llena y te vacía, te envuelve y te recorre, te
arropa y te desnuda. Un beso, se convierte en sinfonía.
Invariable
Author: Beatriz Sy /
Allí estaba, como siempre en el mismo lugar, con su sonrisa eterna y su mirada triste. No hacía nada, se limitaba a ver pasar la marea de autómatas que llegaban como olas, lo empapaban, y seguían su camino dejándole un frío húmedo en la piel. Era como si no se sintieran entre ellos, absorvidos por el ruido y la polución, o tal vez fuese que ni les importaba. Día tras día hacía lo propio, invariable, lo único que le salvaba de terminar arrollado por la tromba de transeúntes que no paraban su avance ante nada, era apartarse. Se apartaba cada vez más, refugiaba sus locuras en sueños fantásticos de arena tibia e islas sin voz. Así seguía un poco más allí, como siempre en el mismo lugar, con su sonrisa eterna y su mirada triste. No hacía nada, se limitaba a ver pasar la marea de autómatas que llegaban como olas, lo empapaban, y seguían su camino dejándole un frío húmedo en la piel.
Molestia
Author: Beatriz Sy /
No es nada sencillo escribir.
Ocultarse tras las letras para contar Dios sabe que, para qué y para quien. A
veces te llena, otras te vacía. Otras se vuelve tan solo, molesto. Molesto, esa
palabra me suena tanto… No sé porque el mundo se empeña en que todo es una molestia.
No paramos de quejarnos. Si no nos miran
nos sentimos ignorados, y si nos buscan nos sentimos agobiados. Preferimos mil
veces cientos de palabras insultantes, a una sola palabra amigable. Porque lo
amigable asusta. Automáticamente pensamos más allá de los esquemas trazados.
¿Qué querrá? Empezamos a imaginar mundos
fantasmagóricos donde somos abducidos por el amor y todos esos menesteres que
no nos gustan nada, porque estamos acostumbrados a la soledad, al odio, a la
envidia, a la rabia y la mentira. Y por naturaleza eso ya nos parece lo normal,
mientras que su contrapartida se convierte en peligroso, ñoño y aburrido. Y de pronto
la pregunta se transforma en… ¡yo ya sé lo que quiere! Tú ya sabes, yo ya sé. ¡Pero
qué diablos sabemos! Si supiéramos algo, una pequeña parte de lo grande que
puede guardar cualquier acto y cualquier pensamiento, nada sería como es.
Absolutamente, nada. Y por eso digo que no es sencillo escribir. Ocultarse tras
las letras para contar Dios sabe que, para que y para quien. A veces te llena,
otras te vacía. Otras se vuelve tan solo, molesto. Molesto, esa palabra me
suena tanto…
Con un solo abrazo
Author: Beatriz Sy /
No conozco a nadie que no le
guste el arco iris. Cuando aparece nos quedamos mirando el horizonte, deslumbrados,
enganchados a su belleza. Los colores parpadean, saltan unos encima de
otros para formar un sin fin de tonalidades. Es curioso como se gestan. Aunque
tampoco es tan curioso, digamos que es
lo normal, o al menos debería serlo. Nace, como todo, del amor, de la unión entre
la lluvia y el sol. El amor es capaz de hacer tantas cosas… hasta unir a dos opuestos que se complementan, que se
aceptan, que se abrazan para darlo todo de sí en la creación de lo bello. Es
curioso también las pocas veces que podemos ver ese milagro, porque
normalmente, nunca quieren encontrarse. Cuando llueve, el sol no quiere estar
cerca. Le parece un visitante feo, frío y sucio. Que engreído y cruel puede
llegar a ser creyéndose más importante que su hermano. Sale corriendo a Dios
sabe donde. Solo a veces, muy pocas veces, admite que la lluvia también tiene
cabida en este espacio llamado tierra. Y es ahí cuando , con un abrazo, con un solo abrazo cálido de aceptación, los colores danzan entre ellos, y
forman el milagro de la vida.
Cimarrón
Author: Beatriz Sy /
Las despedidas nunca han sido mi
fuerte. Me vuelven débil, vulnerable, me saben un poquito a muerte. Un adiós es
como acabar con una parte de ti, por eso
nunca uso esa palabra, prefiero un ciao, un hasta luego, nos vemos pronto. Decir
adiós, es como arrancar un poquito de tú propia esencia, ya que, como dicen,
formamos un todo. Una experiencia de vida que hace lo que somos, personas
auténticas en continuo crecimiento. Y crecer no es nada fácil, diría que es la
tarea más compleja que tenemos por delante. Una lucha, no tan solo interna,
sino una lucha contra el medio, contra todo aquello que no permite salirte de
lo común, de lo habitual, de lo mediocre. Y no digo mediocre en tono despectivo,
aunque lo habitual desprecie todo aquello que busque otro camino y se salga de
los esquemas programados, sin que nadie te haya preguntado si quieres formar
parte de ese esquema. Pero aún así te forman para seguirlo, para seguir una dinámica
continua de destrucción que te convierte en vacío. Y debo reconocer que nunca
he sido buena seguidora de nada, y de nadie. Como buena cabra montesa- o carnero cimarrón, que en el fondo lo mismo da- ando a
mi manera, pienso a mi manera, y huyo a las montañas, sola, cada vez que me
place, o que noto un peligro inminente. Puede que sea como un animal que huele
el desastre antes de haber llegado, e
intenta defender su espacio sin tener que enfrentarse en lucha, la lucha por
ser lo que uno quiere ser. Ser sin molestar a nadie, aunque el simple hecho de
ser, molesta. Es un continuo reclamo. Utilizan tanto el verbo eres, que desvirtúan
y desvalorizan cualquier contexto en donde te encuentres. Y repito que
encontrarse no es tarea fácil, pero más
difícil aún es cuando te entorpecen el recorrido. Supongo que debe gustarles tanto lo
distinto, como a mí las despedidas.
Lo innombrable
Author: Beatriz Sy /
Podemos seguir confundiéndonos como el resto del mundo, podemos seguir buscando justo lo contrario a lo que necesitamos, porque no somos tan distintos, y dentro de nuestras limitaciones, queremos lo mismo. Queremos lo que tanto negamos, lo que tanto necesitamos, lo que tanto miedo nos da aceptar, porque nos aterra que llegue, que llegue para quedarse, cambie toda nuestra existencia y vuelva a desgarrarnos la vida. Aunque lo busquemos por los rincones, agazapado, disfrazado, y lo bauticemos con apodos que no le corresponden, tantos, que nos confunde al nombrarlo, tantos, que nos aparta de la realidad, porque nos creemos nuestra propia mentira. Pero las mentiras duran poco, y un día cualquiera te despiertas del sueño de la confusión, confuso, y te das cuenta que debes llamar las cosas por su verdadero nombre, que solo te engañas a ti mismo cuando buscas fantasmas que no responden a tus deseos, y el fantasma se vuelve más grande aún, en una lucha atronadora con la verdad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)