Tantas veces

Author: Beatriz Sy /


Los refranes siempre me han parecido muy veraces. No puedo asegurar que todos, de hecho hay uno que... "Quien bien te quiere, te hará sufrir".
No solo me parece absurdo y falso, sino un escudo para hacer y decir lo que a uno le place, clamando al cariño y bien ajeno. Yo lo matizaría diciendo... "A quien bien quieres, te hará sufrir". Esto sí.
No creo que necesite explicación, sabemos bien lo que pueden doler determinados actos, palabras, silencios, de aquellos a quien queremos.
Y sí, lo sé, tranquilo, lo sientes.
Te entiendo. Te entiendo porque somos miedo, comemos miedo, bebemos miedo, nos nutren de miedo. Lazarillo mal adiestrado que vela los sueños, y cuesta desterrar de nuestras pesadillas.
Y no, no lo comparto. Porque si hago, no lo siento, y si lo siento, no lo hago; al menos, tantas veces.

Fuera de guión

Author: Beatriz Sy /


El ruido de los aplausos resonaba en lo alto del escenario. Ajenos. Lo último que logró ver el antagonista, fue su afilada sonrisa angelical mientras saludaba, y sus manos; ensangrentadas.

Ritorno

Author: Beatriz Sy /


Regreso al inicio

Donde los ceros marcan la diferencia

entre la nada

y el punto de partida

Donde se dibujan metas

trazadas con tiza

que los críos usan para jugar al teje

Donde los números negocian con las estaciones

y los trenes le venden la primavera al invierno

Donde el eco devuelve el frío

mientras la escarcha pasa factura

y limitan los encuentros

Regreso al inicio

Donde se frenan los pasos

y se aceleran los riesgos.

Pareja, full y pasa

Author: Beatriz Sy / Etiquetas:


Las cartas están marcadas

por el miedo que amordaza
los dedos se vuelven torpes

inseguros

desconfiados

errando cada movimiento.

Se reparten equitativamente

sin trampas

doble partida

segunda tanda.

Intento recordar la última jugada

me hizo perder el primer encuentro.

Encuentro de titanes

barajas mal cortadas

muescas en las esquinas

se dejan ver de forma inequívoca

equivocadamente.

Mangas cortadas

sin ases de salvamento

Tiemblo

las ganas se emborrachan de humedad

sueño.

Trasteros en línea

Author: Beatriz Sy /


Toda casa que se precie tiene un buen trastero. Los hay de todo tipo dependiendo de su condición, status, zona o cualquier otra cosa que se te pueda ocurrir.

En los barrios periféricos intentan guardar sus recuerdos en el fondo de los armarios, los más privilegiados cuentan, quizás, con un pequeño cuarto en los bajos fondos, es decir, dormitan al lado de autos cansados tras duros días de colas, acelerones y frenazos incontrolados.

También están esas otras, hermosas casas de campo que vigilan el trayecto del agua del río, que se impregnan con el color de la hierba y son arropadas por la luz de las estrellas. Esas pequeñas privilegiadas que guardan sus tesoros al final de la escalera, en lo alto, en grandes y espaciosas boardillas con techos a dos aguas y pequeñas ventanas de ojo de buey. Por esas mismas ventanas por la que se cuelan los tenues rayos de sol y dejan entrar ese agradable calor que te hace sentir como en casa.

Paredes perfectamente pintadas de colores suaves, reservan en sus esquinas cajas apiladas en orden milimétrico, que silban de forma provocativa con sonidos inaudibles pero muy claros para los sentidos. Estanterías repletas de juguetes, depositan sonrisas de antaño en las muñecas que a pesar de los años, parecen recién peinadas. Coches de bomberos, cuentos de infantes con dragones y princesas que en aquellas líneas siempre eran rescatadas por hermosos y valerosos príncipes.

Espacios repletos de tiempo, olvidados por la rutina, por el avance vertiginoso de las agujas del reloj que se empeña en desgastar la memoria. Esos espacios que muestran tanto con tan solo mirar una fotografía de familia, el cenicero comprado en nuestro primer viaje, aquel tirachinas roto, el mismo que dejó tantos cristales desvencijados, o el primer ordenador, donde pasábamos horas muertas y nos inventábamos las mejores historias vividas o por vivir. Todo aquello que la imaginación convirtió en un archivo de letras, guardadas en carpetas virtuales que viajan con nosotros a medida que nos modernizamos. Trasteros en línea donde nos guardamos organizados según antojo.

En definitiva, recuerdos. Recuerdos que nos acompañan de cualquier forma o manera. Que a veces necesitamos visitar para darnos cuenta de lo que somos, de por qué somos y de donde estamos.

Único postor

Author: Beatriz Sy /


Cangrejos sangrantes regresan a casa

revolotean como mariposas sin alas

crines de pura sangre en descanso

dormitan tras vientos ahora lejanos

tan solo recordados

por dedos que pululan a su antojo

dejando huellas imborrables

en páginas de tintas propias y ajenas.

Sudores de niños asustados

recuerdan tiempos felices

de muñecas y príncipes

combas, tejes y escondites.

Sonrisas ardientes tras sueños indelebles

deseos destapados como óleos vivientes

en subasta sin puja convenida

con un único postor.