Transformación

Author: Beatriz Sy /

 
Lengua de serpiente, pata de conejo, alas de murcielago y polvo de hadas; dame tú poder y conviérteme en cabra.

La Chistera

Author: Beatriz Sy /


Ganas
Ganas que se disipan en el camino de la esperanza
La misma que se convierte en vacio
cuando se pierde el arrojo
Un vacio que lo llena todo
Llenos de chisteras

de chisteras sin sorpresas
llenos de nada
Esa nada oscura y fría
disfrazada de esperanza.

La espera

Author: Beatriz Sy /

 
Agarrados al tiempo de la espera
caminos sinuosos doblan las espaldas
acaban con las fuerzas
Volteas la mirada
Abrazas cualquier rama
que alce la memoria
que salve del naufragio
y te devuelva a la tierra.

Arropa tú silencio

Author: Beatriz Sy /

 
 
Siempre llega el momento de callar aunque las palabras nos desborden. Muerde las ideas, dibuja deseos con tinta de espera, transforma las frases en mil mundos, convierte tus yemas en voz propia y las letras en suspiros sin lema. Arropa tú silencio, porque siempre llega el momento de callar, aunque las palabras nos desborden.

El regalo

Author: Beatriz Sy /


No existe mayor obsequio

que el deseo contenido

No existe mayor ofrenda

ni mayor arrojo

ni mayor sentido

ni mayor presente

No existe mayor confianza

que el regalo de la piel.

Silencio

Author: Beatriz Sy /


La mejor de las palabras
 
el silencio
 
el verbo más eficiente
 
la ausencia
 
la mayor de las presencias
 
el adiós.

Mitad y mitad

Author: Beatriz Sy /


 
La mitad de las veces no sabes cómo empezar
la otra mitad como acabar
aunque siempre exista un principio
 y nunca falte un final
incluso para lo que jamás ha comenzado.

Ganas

Author: Beatriz Sy /

 
Una sonrisa lo hace todo, una mirada profunda desde el corazón, sin miedos, sin recuerdos. Una palabra amiga que te anima a luchar por tus anhelos, una rosa regala a la alegría. Un suspiro interno que acalla la mente bombeando la esperanza. La fuerza, las ganas, el empuje sin esperas ni remedios mal llevados. La irrebocale intención de estar viva, de sentirme, de sentirte, de saber que todo es posible, de saber que soy yo y eres tú, sin más, ahora, solo ahora, en este preciso momento. Sin silencios no deseados, con palabras arropadas por el deseo. Sin arrepentimientos tardíos por lo que hubiera podido ser.

" X "

Author: Beatriz Sy /

 
Nunca fue tan difícil expresar como en este preciso momento. Siempre he dicho, y me repito, que no es nada sencillo transmitir, y sobre todo, llegar. Llegar en su justa medida, sin excesos ni defectos, sin brusquedad ni ñoñería. Aunque en ocasiones apetezca romper la sobriedad y ser un poco más dulce y transparente- y quizás yo, solo cuando escribo me regalo ese permiso- dejar fluir el caudal de sentimientos que mantenemos enclaustrados, ceñidos al devenir de la vida, mostrando tan solo nuestra cara más superflua. Nos vestimos de apariencias que no nos corresponden o que no nos muestran en su totalidad. Sobre todo en la atracción, en los juegos de dos, o en el amor. Atracción, juego, amor. Defínelo como quieras, llámalo X, PI, elévalo al cuadrado o colócale el máximo exponente. Al final da igual, son tan solo nombres. Y ningún nombre puede llegar a transmitir el recuerdo de una sonrisa que te embriaga, el momento justo, fugaz, de un cruce de miradas profundas, las mismas que hacen vibrar las entrañas y estremecen hasta el último poro de tú piel transformándolas en eternas. Y por desgracia lo callamos. Callamos y nos acercamos mudos, llenos de palabras insustanciales, ocultos nuevamente tras los nombres, los que no nos corresponden ni nos hacen justicia, alejándonos de la realidad optando por el silencio y la distancia. Abrazados a la vergüenza y al miedo, con el recuerdo de escenas imborrables. Pero lo que no se borra sigue marcando el ritmo de los latidos, lo que no se muere reaparece para recordarnos que aún seguimos vivos.

Tirar la toalla

Author: Beatriz Sy /

 
¿Alguna vez has tenido la sensación de no servir para algo? Pues yo sí, y seguro que tú también, y es normal, no todos valemos para las mismas cosas. Hay situaciones que nos resultan fáciles de resolver y otras que se nos resisten por más que lo intentemos. Algunas deben tener su punto justo, una balanza bien equilibra al mismo nivel. Pero hay equilibrios que nunca conseguimos por más que se intente, nos sobra o nos falta, pecamos por exceso o por defecto, porque no es nada fácil encontrar la exactitud, sobre todo cuando no sabes por donde andas. No sé si están al corriente de que reconocer el camino que transitas es lo más importante en cualquier equilibrio bien llevado. Y eso es lo que sucede, que me cuesta reconocer las señales y me pierdo, y termino siempre en sitios desconocidos, que poco a poco se van haciendo familiares de tanto llegar al mismo lugar. Y me pierdo aún más con las incertidumbres - odio las incertidumbres- es otra de las cosas para las que no sirvo, me puede el no saber si sabré leer el próximo letrero mal señalizado o encontrar el retorno al punto de partida. Y por ese y otros tantos motivos más, tomas la decisión de dejarlo todo de lado, de no enfrentarte de nuevo a ello, decides que ya, que ya esta bien, asumes que lo que no es, no puede ser, y que nada se puede hacer, y tiras la toalla por más que te entristezca renunciar al mayor de tus deseos. Porque no es cuestión de tropezar más de quinientas veces con la misma piedra. La toalla está ahí, usada y tirada, no sé si alguien se dignará a recogerla para ayudarme a seguir con la partida. Yo, me rindo. No somos Dioses, tan solo humanos, y es mejor reconocer que si no vales, no vales.

Encuentros

Author: Beatriz Sy /


Jugadas perpetuas
inconclusas
Tareas pendientes
alma expectante
sonrisas a medio alzar
Espadas rendidas
sueños  humeantes
deseos ardientes
Encuentros
Finales sin un final.

Cosas de dos

Author: Beatriz Sy /


Los suspiros vienen y van acomodados en la ilusión por el billete de la esperanza. Unidos en un viaje hacia su destino, destinados a sobrevivir si ambos quieren. Arrullados por la sonrisa y los deseos, deseosos de desplegar velas. Velas que se crecen más allá del viento. Imperturbables, insondables, ruborosas, atrevidas e insolentes. Como insolentes y atrevidos son los sueños ocultos tras las palabras nunca dichas, los besos rechazados, y los labios anhelantes de un encuentro. Y la espera más allá del tiempo, más  allá de las ganas y de la razón. La espera que te conduzca a unas velas, a un billete, a unos labios, a unos besos, a un destino; destinado a sobrevivir… si ambos quieren.

Hacia el mar

Author: Beatriz Sy /


No hay más allá
ni más que esto
No más que palabras
palabras amables
palabras fluidas
desde el corazón
Poco más se necesita
poco más queda pendiente
Un pendiente que no entiendes
un pendiente que aún asusta
por mirar al más allá
El pendiente de unas manos
que no agarran
que no guian
que no matan
que no ahogan
Unas manos sin esposas
unas manos  compartidas
unas manos de susurros
unas manos de caricias
Unas manos de sonrisas
del ahora, sin premisas
Y en las noches frías
unos labios
que un soplo sostenido
te acompañen hacia el mar.

La cosecha

Author: Beatriz Sy /



Lapsos de tiempo

 relojes que no avanzan

 Espacios imaginarios

 nos regalan sus cosechas

 en periodos desiertos

 Relojes sin fechas

 que en lento recorrido

 nos conceden la verdad.

Almas amplias

Author: Beatriz Sy /


Cada noche acaba un poco más rota, cada día despierta un poco más vacío. Acaricio mi cuerpo intentando sanar las heridas de la soledad. Viendo que la vida está ahí, está aquí, y está para vivirla. La vida no hay que buscarla, porque la vida está mientras estemos vivos. Y está llena de todo, tiene todo, todo lo que no sabemos ver, todo lo que dejamos pasar en espera de que llegue. No tenemos que encontrarnos, porque estamos aquí,  no estamos perdidos.  Somos esto, lo que nos sucede a cada instante, el dilema es la no aceptación de lo que somos ni lo que vivimos. Se dibujan palabras preciosas que no se ponen en práctica. Observamos las redondeces de nuestras sombras, miramos continuamente hacia adentro sin darnos cuenta que ahí afuera hay más. Gente que nos quiere, gente que también necesita, gente con sus propias heridas que somos incapaces de ver, y aún menos ayudar, porque  estamos demasiado ocupados mirando nuestro centro. Centro que se vuelve egocéntrico cuando no somos capaces de ver más allá de nuestras propias fronteras. La vida es corta y el alma es amplia, aunque rumiemos la contra.

Chubascos

Author: Beatriz Sy /


Da igual, no prendas.
No se puede pensar, no se puede sentir,
no se puede entender.
Entender el pasado,  entender el presente,
y el futuro… ese no existe.
Escudriñar en hartos fosos de absurdo. 
Ni siquiera escribir, escupir, vomitar.
Cansados, perseguidos y juzgados.
Se estremecen, se agolpan, se amontonan,
se empujan y se ahogan. 
No hay remedio, no hay sentido,
no hay cordura ni locura.  
No hay vacío, no hay vacante,
no  hay encanto.
No hay grieta en el silencio,
en el sigilo, en el reposo y en el hastío.
No hay chubascos de esperanza,
ni hay esquinas de reunión.

Al despertar

Author: Beatriz Sy /


Los sueños, los sueños se encargan de avisarnos. Por más que no los recuerdes, siempre aparecen en el momento oportuno, y por eso se vuelven doblemente extraños. De no recordar, se muestran nítidos e inquietantes. Te guían a averiguar de dónde vienen, y que quieren de ti. Corres a investigar su significado antes de que desaparezcan de tú mente, porque si esperas unos minutos, suelen desvanecerse como la bruma, y es ahí cuando  lo vas entendiendo todo. Curioso, raro, y a la vez grandioso  como van encajando las piezas de esa locura de imágenes y voces. Te preguntas de donde salen, si vienen de tú interior, si tú mente intenta decirte algo, o existe algo más profundo en todo esto. La verdad es que te dejan un sabor agridulce. Será por eso que no recuerdo nunca  los sueños. Lo único que sé, es que algo se me ha quedado grabado de este.

Un beso

Author: Beatriz Sy /


Los besos en ocasiones se convierten en recuerdos que ayudan a sobrevivir. Te salvan de la rutina y el tedio. Evocan, sin saber como,  jardines para dos, cantos de pájaros,  fragancias pasadas que te rodean de una brisa cálida. Los besos son un antes y un después en cualquier historia, sellan un inicio o marcan una despedida. Suelen ser el punto de partida de un recorrido de ilusiones. Te toman de la mano y te acompañan todo el camino. Hay besos y besos, pero… ¿Quién no recuerda un beso? El beso te salva y te pierde, te llena y te vacía, te envuelve y te recorre, te arropa y te desnuda. Un beso, se convierte en sinfonía.

Invariable

Author: Beatriz Sy /

Allí estaba, como siempre en el mismo lugar, con su sonrisa eterna y su mirada triste. No hacía nada, se limitaba a ver pasar la marea de autómatas que llegaban como olas, lo empapaban, y seguían su camino dejándole un frío húmedo en la piel. Era como si no se sintieran entre ellos, absorvidos por el ruido y la polución, o tal vez fuese que ni les importaba. Día tras día hacía lo propio, invariable, lo único que le salvaba de terminar arrollado por la tromba de transeúntes que no paraban su avance ante nada, era apartarse. Se apartaba cada vez más, refugiaba sus locuras en sueños fantásticos de arena tibia e islas sin voz. Así seguía un poco más allí, como siempre en el mismo lugar, con su sonrisa eterna y su mirada triste. No hacía nada, se limitaba a ver pasar la marea de autómatas que llegaban como olas, lo empapaban, y seguían su camino dejándole un frío húmedo en la piel.

Molestia

Author: Beatriz Sy /


No es nada sencillo escribir. Ocultarse tras las letras para contar Dios sabe que, para qué y para quien. A veces te llena, otras te vacía. Otras se vuelve tan solo, molesto. Molesto, esa palabra me suena tanto… No sé porque el mundo se empeña en que todo es una molestia. No paramos de quejarnos.  Si no nos miran nos sentimos ignorados, y si nos buscan nos sentimos agobiados. Preferimos mil veces cientos de palabras insultantes, a una sola palabra amigable. Porque lo amigable asusta. Automáticamente pensamos más allá de los esquemas trazados. ¿Qué querrá?  Empezamos a imaginar mundos fantasmagóricos donde somos abducidos por el amor y todos esos menesteres que no nos gustan nada, porque estamos acostumbrados a la soledad, al odio, a la envidia, a la rabia y la mentira. Y por naturaleza eso ya nos parece lo normal, mientras que su contrapartida se convierte en peligroso, ñoño y aburrido. Y de pronto la pregunta se transforma en… ¡yo ya sé lo que quiere! Tú ya sabes, yo ya sé. ¡Pero qué diablos sabemos! Si supiéramos algo, una pequeña parte de lo grande que puede guardar cualquier acto y cualquier pensamiento, nada sería como es. Absolutamente, nada. Y por eso digo que no es sencillo escribir. Ocultarse tras las letras para contar Dios sabe que, para que y para quien. A veces te llena, otras te vacía. Otras se vuelve tan solo, molesto. Molesto, esa palabra me suena tanto…

Con un solo abrazo

Author: Beatriz Sy /

No conozco a nadie que no le guste el arco iris. Cuando aparece nos quedamos mirando el horizonte, deslumbrados, enganchados  a su belleza.  Los colores parpadean, saltan unos encima de otros para formar un sin fin de tonalidades. Es curioso como se gestan. Aunque tampoco es tan curioso,  digamos que es lo normal, o al menos debería serlo. Nace, como todo, del amor, de la unión entre la lluvia y el sol. El amor es capaz de hacer tantas cosas… hasta unir  a dos opuestos que se complementan, que se aceptan, que se abrazan para darlo todo de sí en la creación de lo bello. Es curioso también las pocas veces que podemos ver ese milagro, porque normalmente, nunca quieren encontrarse. Cuando llueve, el sol no quiere estar cerca. Le parece un visitante feo, frío y sucio. Que engreído y cruel puede llegar a ser creyéndose más importante que su hermano. Sale corriendo a Dios sabe donde. Solo a veces, muy pocas veces, admite que la lluvia también tiene cabida en este espacio llamado tierra. Y es ahí cuando , con un abrazo, con un solo abrazo cálido de aceptación,  los colores danzan entre ellos, y forman el milagro de la vida.



Cimarrón

Author: Beatriz Sy /


Las despedidas nunca han sido mi fuerte. Me vuelven débil, vulnerable, me saben un poquito a muerte. Un adiós es como acabar con  una parte de ti, por eso nunca uso esa palabra, prefiero un ciao, un hasta luego, nos vemos pronto. Decir adiós, es como arrancar un poquito de tú propia esencia, ya que, como dicen, formamos un todo. Una experiencia de vida que hace lo que somos, personas auténticas en continuo crecimiento. Y crecer no es nada fácil, diría que es la tarea más compleja que tenemos por delante. Una lucha, no tan solo interna, sino una lucha contra el medio, contra todo aquello que no permite salirte de lo común, de lo habitual, de lo mediocre. Y no digo mediocre en tono despectivo, aunque lo habitual desprecie todo aquello que busque otro camino y se salga de los esquemas programados, sin que nadie te haya preguntado si quieres formar parte de ese esquema. Pero aún así te forman para seguirlo, para seguir una dinámica continua de destrucción que te convierte en vacío. Y debo reconocer que nunca he sido buena seguidora de nada, y de nadie. Como buena cabra montesa- o carnero cimarrón, que en el fondo lo mismo da- ando a mi manera, pienso a mi manera, y huyo a las montañas, sola, cada vez que me place, o que noto un peligro inminente. Puede que sea como un animal que huele el  desastre antes de haber llegado, e intenta defender su espacio sin tener que enfrentarse en lucha, la lucha por ser lo que uno quiere ser. Ser sin molestar a nadie, aunque el simple hecho de ser, molesta. Es un continuo reclamo. Utilizan tanto el verbo eres, que desvirtúan y desvalorizan cualquier contexto en donde te encuentres. Y repito que encontrarse no es tarea fácil,  pero más difícil aún es cuando te entorpecen el recorrido. Supongo que debe gustarles tanto lo distinto, como a mí las despedidas.

Lo innombrable

Author: Beatriz Sy /

Podemos seguir confundiéndonos como el resto del mundo, podemos seguir buscando justo lo contrario a lo que necesitamos, porque no somos tan distintos, y dentro de nuestras limitaciones, queremos lo mismo. Queremos lo que tanto negamos, lo que tanto necesitamos, lo que tanto miedo nos da aceptar, porque nos aterra que llegue, que llegue para quedarse, cambie toda nuestra existencia y vuelva a desgarrarnos la vida. Aunque lo busquemos por los rincones, agazapado, disfrazado, y lo bauticemos con apodos que no le corresponden, tantos, que nos confunde al nombrarlo, tantos, que nos aparta de la realidad, porque nos creemos nuestra propia mentira. Pero las mentiras duran poco, y un día cualquiera te despiertas del sueño de la confusión, confuso, y te das cuenta que debes llamar las cosas por su verdadero nombre, que solo te engañas a ti mismo cuando buscas fantasmas que no responden a tus deseos, y el fantasma se vuelve más grande aún, en una lucha atronadora con la verdad.

De tocino, amistad y otros menesteres

Author: Beatriz Sy /


Hay un dicho muy usado y muy real… ¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Pues nada, a menos que te comas el tocino a toda prisa, y eso es muy perjudicial, y si encima le sumamos lo perjudicial del tocino por sí mismo, se formó el gran explosivo. Pues ese fue el tema de debate entre una compañera y yo en el día de hoy, la velocidad y el tocino, o lo que es lo mismo, los amigos y otros menesteres. Porque todos tenemos claro lo que es la amistad, o eso dicen.
 El amigo es aquel con el que compartes, al que ayudas sin necesidad de ser llamado, el que te ayuda, al que llamas para saber como se encuentra o simplemente para charlar, con el que quedas para irte de copas, al cine, o para tomar una cerveza mientras ves un partido o una simple peli, al que cuentas tus confidencias, y también como no, con el que discutes, con el que te enfadas en ocasiones cuando no te gustan ciertos actos. Incluso hay amigos que comparten piso y se tiran los trastos a la cabeza porque convivir no es tarea fácil. Todo esto, y mucho más.
Pues la cosa cambia cuando hablamos de los otros menesteres… amigos con derecho, osea, amigos que son amantes. Acabemos señores, que aquí se rompió el molde!!  Ahí es cuando se empieza a confundir el tocino con la velocidad, y no porque no se pueda tener ese tipo de relación, sino porque en el mismo momento en que existe esa intimidad, una de las partes ya se olvida del significado de la palabra amistad. Si quieres compartir, ayudar sin más, llamar para charlar , quieres ver una peli, salir a tomar una copa, etc etc… ufff… ya se fue el baifo zumbando pal monte!!!  se perdió la perspectiva!!!  y ya no hablemos si te enfadas por algo que no te ha gustado…  pánico es poco.
Hay una peli que se titula… porque le llaman amor cuando quieren decir sexo?…. Pues yo diría, porque le llaman amistad con derecho, cuando lo que quieren decir es relación sin compromiso?  Porque donde hay amistad, el resto de bobadas sobran señores.  Y por si no se dan cuentan, es esa misma palabra la que encabeza la historia.
Unos dicen que es que hombres y mujeres no pueden ser amigos, otros que ciertas cosas no se pueden mezclar porque son energías que se contraponen, y yo pienso que es cuestión de mentes, nada más. Es cuestión de saber donde te metes, ser razonable ante todo, y por encima de todo asumir las propias consecuencias, y tener muy claro lo que es la amistad para evitar ciertas confusiones (o sea que el baifo no se vaya pal monte), porque los otros menesteres ya todos sabemos lo que son.
Así que señores, si no tienen claro que un amig@ es un amig@ por encima de todo, no te acuestes con ell@.

Partes de un recuerdo

Author: Beatriz Sy /



Aparece y reaparece. Una choza apartada en un apartado llano de un apartado mundo – llano, llanura o llanete, la verdad es difícil de diferenciar cuando se trata de un sueño -, y una cara. Siempre la misma cara apostada en la puerta, expectante cómplice guardiana. Guardiana y protectora fiel del descanso, de los momentos más íntimos del ensueño. Semejante a fornidos centuriones angelicales que defienden la entrada al edén; donde los dioses son palpables y etéreos; donde la mutación se esconde de miradas indiscretas; donde la discreción y el miedo son insultos a los sentidos, y los sentidos la única verdad de la existencia.
Y aparece y reaparece, en otra apartada choza de otro apartado llano en otro apartado mundo. Volátil viajera de memoria presente en una nueva realidad más libre y sincera, hermanando ángeles y demonios en un mismo convite, una misma mesa libre de pecados. Manos y bocas llenas, impregnados de olores sutiles y marcados en un brindis de único sabor agrio, dulce y salado, con la sonrisa puesta en pos de las partes de un recuerdo, recuerdos de una apartada choza en un apartado llano de un apartado mundo… y una cara.

Entre embrujos y sirenas

Author: Beatriz Sy /

Cada día lo mismo, cada pensamiento igual que el anterior disfrazado de novedad. Cada palabra una mirada al pasado.Cada destino marcado desde el primer lamento. Cada mentira la primera que forjamos para nosotros. El peor de los pecados… no mirar, no expresar, no ser.Ser yo misma, honestamente yo, si es que la honestidad existe con nosotros mismos. Una vida repitiendo. Un momento, un suspiro, y te plantas. Te planteas no saber si es parte de ti, o parte de otros.
¿Qué hacer? Aprender.
Aprender a sentir, aprender a saber, aprender a matar. Aprender que el más allá está muy lejos, que su mirada y su voz son reflejos. Desenmascarar embrujos dañinos y castrantes. Romper
esquemas, invadir castillos, abrir laberintos, guiar faros, encantar sirenas. Cantar melodías propias, dibujar deseos. Vivir acorde a los acordes. Acordes que marcan el complejo camino que lleva a la simplicidad, a la tranquilidad , al ser, a ser yo, simplemente yo.

Cuando aprenda

Author: Beatriz Sy /

Cuando aprenda quizás lo haga. Tomaré mi lápiz, el libro de los recuerdos e intentaré rescatar los que han sido borrados, ahogados, tapados por el silencio.
Si, cuando aprenda quizás lo haga. Cuando realmente asuma las palabras y me convenza que será una ayuda y no un cúmulo más de letras que no sirven para nada. Para nada más que para alimentar los juicios a la ligera, la crítica, la curiosidad insana.
Si, puede, como no… cuando aprenda, quizás lo haga.

Como perro apaleado

Author: Beatriz Sy /


Le enseñaron a traer su plato, la correa con que era atado, incluso las zapatillas cuando quería su amo. Le enseñaron donde debía dormir, donde y cuando debía comer. Le enseñaron que no podía ni correr ni saltar, que no podía ladrar y mucho menos morder. Le enseñaron a ser la distracción de todas las fiestas, coger la pelota, jugar con los críos y hasta a mover la cola. Le enseñaron a obedecer. Pero nadie le enseñó que debía hacer cuando fuese apaleado, apartado, arrojado a la cuneta. Cuando su propio amo le lanzase piedras.
Y aprendió a desaprender. Aprendió a correr, a ladrar y a morder. Dejó de ser el bufón de las fiestas, se escondía incluso de los niños debajo de las mesas. Y se apegaba, pobrecito can, al cariño de la primera persona que le extendía su mano para intentarlo ayudar.

Hacia la nada

Author: Beatriz Sy /

Como expresar todo lo que siento, cuando lo que más anhelo es callar, cortar los lazos de palabras, guardar silencio y gritar. Gritar mis errores, borrar mi presencia, hundirme en la noche y avanzar. Avanzar con paso firme hacia la nada. Sin caminos, sin extremos, sin metas, sin fronteras. Sin que me vean, sin que me sepan. Sin anhelos ni esperanzas, con tranquilidad. Tranquilidad de las bocas cerradas, sin molestias sobre la espalda , sin vergüenza nunca más. Sin altos ni bajos, sin nada… sin nada más.

Blablablabla

Author: Beatriz Sy /

Brotan agradecidamente libres, sin trabas ni impedimentos recorren la búsqueda de un sentido propio, en oído ajeno. Oídos mudos saludan a temerosos sonidos, donde se abrazan en uno, para tomarse de la mano y caminar en un entendimiento, o varios, convertidos en realidad; la realidad de dos almas raramente afines. Palabras que se mezclan, despejando la carga en un consuelo, un abrigo, en un te espero. Espero la llegada, sin necesidad de ser llamadas, matando el miedo a la molestia. Sin disculpas recurrentes, cuando no hay nada que disculpar sino desear. Deseando que concibas la propia felicidad, aunque no coincida con la ajena. Ni vencedores ni vencidos, solo caminos, caminos compartidos que tienen que bifurcar. Con el consuelo de llevarte lo mejor de lo vivido, sin culpas ni lamentos. Lamentos que susurran como fantasmas, enseñanzas de nanas y chupetes, que nos desgarran el alma cuando queremos cambiar. Cambios que llegan irremediablemente, entre aplausos y vítores. Tú verdadera identidad.