Los sueños, los sueños se
encargan de avisarnos. Por más que no los recuerdes, siempre aparecen en el
momento oportuno, y por eso se vuelven doblemente extraños. De no recordar, se
muestran nítidos e inquietantes. Te guían a averiguar de dónde vienen, y que
quieren de ti. Corres a investigar su significado antes de que desaparezcan de
tú mente, porque si esperas unos minutos, suelen desvanecerse como la bruma, y es
ahí cuando lo vas entendiendo todo.
Curioso, raro, y a la vez grandioso como
van encajando las piezas de esa locura de imágenes y voces. Te preguntas de
donde salen, si vienen de tú interior, si tú mente intenta decirte algo, o existe
algo más profundo en todo esto. La verdad es que te dejan un sabor agridulce. Será
por eso que no recuerdo nunca los
sueños. Lo único que sé, es que algo se me ha quedado grabado de este.
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