En este jodido mundo, se nos vende todo con fecha de caducidad, alegan que por nuestro bien, es más sano no arriesgarnos a que algo se consuma en mal estado por el paso del tiempo.
Pero cuantas veces hemos deseado no tener que deshacernos de esos productos, que cuando los miramos, nos recuerdan, ya pasó el momento, me tienes que dejar. O de esos otros que tenemos que consumir rápidamente, si queremos saborearlos antes que llegue su fin.
No se tu, pero en alguna ocasión, yo he deseado que no existiese esa cesación, poderlos tener ahí, para cuando el hambre asome o simplemente cuando llegue esa gula insaciable y dicen que malsana (a saber quien se lo habrá inventado) deleitar los sentidos, degustarlos, devorarlos, sin el miedo a perderlos, por la decisión estúpida, de no se sabe quien, de que todas las cosas tienen su fin.
Pero cuantas veces hemos deseado no tener que deshacernos de esos productos, que cuando los miramos, nos recuerdan, ya pasó el momento, me tienes que dejar. O de esos otros que tenemos que consumir rápidamente, si queremos saborearlos antes que llegue su fin.
No se tu, pero en alguna ocasión, yo he deseado que no existiese esa cesación, poderlos tener ahí, para cuando el hambre asome o simplemente cuando llegue esa gula insaciable y dicen que malsana (a saber quien se lo habrá inventado) deleitar los sentidos, degustarlos, devorarlos, sin el miedo a perderlos, por la decisión estúpida, de no se sabe quien, de que todas las cosas tienen su fin.