Los suspiros vienen y van
acomodados en la ilusión por el billete de la esperanza. Unidos en un viaje
hacia su destino, destinados a sobrevivir si ambos quieren. Arrullados por la
sonrisa y los deseos, deseosos de desplegar velas. Velas que se crecen más allá
del viento. Imperturbables, insondables, ruborosas, atrevidas e insolentes. Como
insolentes y atrevidos son los sueños ocultos tras las palabras nunca dichas,
los besos rechazados, y los labios anhelantes de un encuentro. Y la espera más
allá del tiempo, más allá de las ganas y
de la razón. La espera que te conduzca a unas velas, a un billete, a unos
labios, a unos besos, a un destino; destinado a sobrevivir… si ambos quieren.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario